El pasado 28 de julio, los trabajadores hemos recibido el “Cuaderno de Innovación Cambiamos” y nos surgen las siguientes reflexiones que compartimos con vosotros.
El discurso de la innovación se ha venido empleando los últimos años como un elemento del imaginario empresarial. Se ha llevado a cabo con la creación de un antagonista llamado burocracia, concepto hoy en día totalmente denostado como antiguo, aburrido, rígido, etc, aunque, paradójicamente, la burocracia neoliberal nos invade con reglas, normas, procedimientos y formalidades que, procedentes del mundo corporativo, abarcan al conjunto de la sociedad.
El discurso de la creatividad y la innovación se ha asentado tras una auténtica ofensiva ideológica que ha situado el neoliberalismo como el nuevo sentido común y que sitúa al riesgo como el nuevo paradigma de organización social.
La realidad es que en el día a día nos encontramos las caras no tan amables, creativas y artísticas de los gestores menos humanistas, que arrojan a muchos trabajadores por la senda de la modificación de conductas de la persona (la corrosión del carácter y los transtornos depresivos) y producen un elemento importante de desestabilización social en las organizaciones.
Desde CCOO, sin embargo, estamos a favor de avanzar en un nuevo concepto de la innovación que dentro del mismo cambio tecnológico que estamos viviendo defina un nuevo modelo de desarrollo de lo social más colectivo, negociado y universalista para conseguir que nadie se quede atrás en dicho cambio. Esto requiere abandonar planteamientos de carácter individual para pasar a una gestión más regulada, dialogada y socialmente racionalizada de los recursos tecnológicos y de las personas.