Esta semana hemos celebrado el Día Mundial del Medio Ambiente, una celebración  destinada a concienciar sobre la necesidad de intensificar la atención y la acción política en esta trascendental  materia. Objetivos principales de esta celebración es motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos fomentando la cooperación para un medio ambiente sostenible. La consecuencia es que ello garantizará que todas las personas y naciones disfrutemos de un futuro más próspero y seguro.  Es importante subrayar que cuidar el medio ambiente es algo a lo que nos dedicamos no tanto por nosotros mismos sino por las generaciones venideras.

Los gobernantes se sumaron al Acuerdo de París en diciembre de 2015 con estas y otras premisas. Con él adquirieron un compromiso mundial en la lucha contra el cambio climático que implica obligar a definir y promover un cambio de modelo productivo mediante estándares más sostenibles con políticas medioambientales tendentes, entre otras cuestiones, a la reducción de emisiones contaminantes a la atmosfera.

Centrales de Andorra y Compostilla

Nuestros mandatarios han de entender que las buenas intenciones no son suficientes. El futuro necesita de proyectos claramente definidos donde todos los actores deben conocer las reglas del juego tanto en el medio como en el largo plazo. En  sectores estratégicos -y es el caso del energético en que se desenvuelve nuestra actividad- es indispensable alejarse de la indefinición motivada por una fútil estrategia cortoplacista de políticos demasiado acostumbrados a la frivolidad y la retórica. Gobernantes que no proponen soluciones concretas ni aportan una planificación y unos recursos específicos que hagan verdaderamente creíble el cambio hacía una evolución energética sostenible.

Las empresas del sector estamos en el punto de mira, pero Endesa principalmente por las centrales de carbón, pues el 2020 está ya muy cerca y el futuro de las comarcas y trabajadores  de Andorra (Teruel) y Compostilla (León) continúa en el aire por la indefinición, incompetencia y cobardía de los que han de tomar decisiones. Las soluciones para estas comarcas son urgentes.

Desde CCOO continuaremos demandando en todos los ámbitos y foros oportunos, con especial énfasis en la llamada Mesa de la Energía, un modelo de transición justo que  impulse, en paralelo, el desarrollo de energías sostenibles, limpias y renovables,  con la garantía de futuro y economía circular para las comarcas afectadas.